Día de la Gran Comisión 2015

March 13, 2015

3:03

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Obreros valientes han aceptado la invitación de Jesús de sembrar semillas de esperanza en algunos de los lugares más espiritualmente desolados del mundo. Él nos ha llamado a apoyar y a equipar a estos "enviados". Su ofrenda al Día de la Gran Comisión exclama, "¡Así lo haremos!"

Transcript

Corría el año 1890. La Alianza envió a sus primeras obreras al Oriente Medio. Dos mujeres pioneras del Missionary Training Institute en Nyack fueron a lo que se consideraba uno de los campos más difíciles para la obra misionera. La mayoría de la población no recibió con agrado a nuestras obreras en su país. En el mejor de los casos, fueron simplemente toleradas. Pero a pesar de esto, otros obreros llegaron. A veces parecía que su trabajo era en vano. Pero se mostraron persistentes frente a guerras, enfermedades, y una religión hostil a las buenas nuevas de un Salvador.

El misionero pionero George Breaden llegó con su familia. Con frecuencia viajaba cientos de millas a lomo de camello por el desierto despoblado para proclamar el evangelio a la gente local que él llegó a amar. Con el tiempo llegaron a recibirlo con gozo, y escucharon atentamente su mensaje.

Poco después de la guerra en Palestina, George y un discípulo joven plantaron una iglesia en un pueblo fronterizo sobre la ruta de peregrinación. Este puesto de avanzada proveyó el único testimonio cristiano del área. Y sigue creciendo y ministrando hasta el día de hoy.

La valentía y el espíritu de sacrificio de nuestros misioneros aliancistas para predicar el evangelio produciría, con el tiempo, una cosecha grande. Aquel tiempo es ahora. El compromiso invariable de la familia aliancista para orar y ofrendar con sacrificio para la obra produjo un fundamento sólido de iglesias de La Alianza. Dios estaba posicionando a estos creyentes para suplir las necesidades espirituales y físicas de miles de sirios que han sido desplazados por la guerra civil. La largamente esperada cosecha en el desierto ha llegado. Es porque hace 100 años, La Alianza fue incesante en sus esfuerzos por ver que el evangelio se extendiera por el Oriente Medio. Ahora nos toca a nosotros.

Dios ha posicionado a muchos obreros nuevos de La Alianza en lugares no alcanzados alrededor del mundo—personas como usted y yo—que estén dispuestas a perseverar juntamente con ellos. Puesto que La Alianza está comprometida a largo plazo, necesitamos que usted se comprometa a largo plazo. Es trabajo lento y duro, pero es el trabajo del evangelio. Se requiere inversión. Muchas veces se requiere mucho tiempo. 2,000 años de historia nos instruyen que ésta es la manera en que se edifica la Iglesia.

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